Llegó un año nuevo más. Es una buena noticia para los que podríamos tener remordimientos por haber desperdiciado, al menos en parte, el año que dejamos atrás. Digo esto ya que es socialmente aceptado que el nuevo paquete de 365 amaneceres que destapamos, nos de permiso de arrancar de nuevo cosas inconclusas, iniciar cosas nuevas y ya si de plano nos fue muy mal, pues de un borrón y cuenta nueva.
Habemos personas muy buenas para iniciar cosas. Otras para terminarlas y algunos para ninguna de las dos. Ahí si que Dios nos proteja.
Lo que no abunda son personas que se propongan buenas metas al inicio de año y que las concluyan. Y estoy hablando de metas significativas en las áreas que sean más importantes para nosotros. Algo más que los típicos propósitos de Año Nuevo.
En casa mi esposa y yo decidimos escribir las metas en las áreas de salud, familia, negocios, patrimonial y personal. De la misma manera les propusimos a nuestros hijos que se plantearan tres metas aparte de sus estudios y clases extras. Como pusieron cara de «what», les sugerimos ideas: aprender un idioma nuevo, desarrollar un canal online, practicar un instrumento musical, ahorrar para adquirir un «gadget», leer alguna selección de libros. En fin, algunas metas nos permiten estirarnos para crecer personalmente y otras nos motivan porque encierran un premio o recompensa.
Como quiera que sea, a pesar de que las metan no se cumplieran al 100%, seguro es que es más probable que avancemos en algunas áreas si nos ponemos metas a que si no lo hacemos.
En otro escrito hablaremos de los obstáculos que nos impiden avanzar en las mencionadas metas. Fantasmas que nos acosan a todos por igual como el desánimo, el miedo, la postergación y veremos cómo podemos contrarrestarlos.
Por lo pronto, sigamos buscando, que proverbial es que el que busca… encuentra!