Aunque existiera un libro que hiciera la promesa de enseñarte cómo correr sin cansarte, lo más probable es que fuera un engaño. No es posible. Invariablemente correr largas distancias va a cansarnos. Puedes sin embargo, aprender a correr y hacer que el cansancio no te detenga o jugar con tu mente para colocar en un sitio fuera de tu enfoque el cansancio que naturalmente vas a experimentar.
Lo mismo pasa cuando enfrentamos cualquier emprendimiento. Cuando estamos frente a la idea de un nuevo proyecto. Cuando estamos ante la decisión de lanzarnos por nuestra cuenta. Cuando tenemos frente a esa persona y pensamos declararle nuestro amor. Sentimos miedo. Si somos personas normales, el miedo acompañará cualquier intento de implique un cambio. Miedo de que no funcione, miedo al rechazo, miedo a equivocarnos. Es inevitable.
Por ello no debemos buscar cómo lanzarnos sin tener miedo, sino aprender a ponerlo a un lado, usar la imaginación para visualizarlo más pequeño, distorsionado, borroso, pasarle por enmedio, ridiculizarlo o simplemente enfocar nuestra mirada hacia el objetivo. Los obstáculos son esas cosas horribles que se ven cuando has desviado la mirada de tus sueños, decía una cita que he guardado por años.
La educación tradicional ha hecho poco por desprogramar este miedo a equivocarnos y por el contrario, repetidamente se nos penaliza por equivocarnos y con ello nos volvemos cautelosos, temerosos de dar el paso, de opinar, de proponer, porque no queremos fallar.
Por otro lado, el intentar cualquier cosa, jamás será garantía de que lo lograremos. Es preciso sin embargo, lanzarse a pesar de la incertidumbre de si esto funcionará o no funcionará.
Todos aquellos que son capaces de actuar y pasar por este trance de no saber lo que ocurrirá son quienes abren brecha para el resto de las personas, son los que cosechan primero, cambian la cultura, el mercado y su entorno. La mayoría quieren ir a lo seguro e irremediablemente deberán conformarse con esperar a que las vías estén listas y tomar lugar en los vagones traseros.
No hay manera de lograr cosas importantes sin sentir miedo. Nadie puede hacerlo. Aún los que nos parecen más seguros y resueltos, los más decididos y populares, ellos también tienen miedo y paradójicamente tal vez momentos antes de atreverse se preguntan si serán capaces mientras se intimidan frente a nosotros porque nos ven llenos de recursos.
Aprender a vivir en la incertidumbre de si va a funcionar o no, es una habilidad para la vida, es cualidad del emprendedor y es imprescindible para progresar en la vida.
Por lo pronto, sigamos buscando porque proverbial es que el que busca… encuentra!.
Si te gusta comparte y comenta, hasta la próxima!